¿Cómo limpiar zapatos de serraje?
He manchado mis zapatos de serraje ¿ahora qué hago? Muy fácil, sigue leyendo:
¿Cómo limpiar zapatos de serraje?
Los zapatos de piel de serraje son un básico que nunca pasa de moda. Es un calzado super versátil ya que se puede poner tanto en primavera-verano, como en invierno. Esto se debe a que la piel es muy transpirable, y guarda una buena temperatura en los pies. Además, es un material flexible, y que se adapta muy bien a la forma del pie, por lo que resulta realmente cómodo. Hay muchos zapatos fabricados con este material, y uno de ellos son las famosas pisamierdas o botas safari.
Es un material que, si lo cuidas, te puede durar muchos años, ya que es bastante resistente. Mantener limpios los zapatos de piel de serraje es fácil, solo tendrás que dedicarle unos minutos. No hace falta materiales y productos de limpieza caros o raros.
¿Cómo limpiar zapatos de ante o serraje?
Tienes que tener en cuenta, que, aunque la piel serrraje o ante es muy resistente, pueden ser susceptibles a manchas y tienes que saber cómo actuar.
Manchas de polvo y barro:
Quitar manchas de barro o polvo en piel serraje, es muy sencillo. Lo primero, debes esperar a que la mancha esté seca para poder eliminarla. Para ello, lo único que necesitarás es un cepillo específico para este material. Es muy importante que siempre cepilles hacia la misma dirección. Con cuidado irás retirando con el cepillado toda la suciedad.
Manchas de rozaduras y pisotones:
La primera opción siempre debe ser la del cepillo especial que hemos mencionado antes. Pero si la mancha persiste, puedes quitar las manchas de la piel de serraje con una goma de borrar para ante o gamuza. Puedes utilizar una especializada para ello, o hacerla con la goma de borrar de toda la vida. Como si fueses a borrar algo escrito, utiliza la goma sobre la superficie con la rozadura, y a continuación cepilla de nuevo el zapato.
Manchas de grasa o aceite:
Estas manchas pueden ser las más difíciles de quitar, pero no imposibles. Lo primero que debes de hacer, si la mancha está aún fresca es presionarla con un trapo seco (preferiblemente de algodón). Así conseguiremos retirar gran parte de la mancha, y exceso de humedad. Algo importante es no frotar la mancha, porque lo único que conseguirás es extenderla. Luego utilizarás polvos de talco para que absorba lo que ha quedado, y a continuación puedes cepillar el calzado con movimientos suaves hacia la misma dirección.
Si la mancha persiste, tendremos que mojar el zapato con agua y aplicar jabón neutro. Frotaremos sin mucha fuerza, y luego dejaremos el calzado secar al aire libre, sin que le del sol.
Manchas persistentes:
Si has probado todo lo anterior y continúa las manchas, te recomendamos que utilices agua con amoniaco. Con unas simples gotas de amoniaco reducidas en agua, y frotando con un paño, será suficiente.
Igualmente, dejarás tus zapatos secar alejado del sol.
¡Listo! ¡Ya tendrías tus zapatos como nuevos!